El día de hoy iba a ser bastante duro, con visitas principales de los castillos de Lastours y Carcasonne. Como siempre madrugamos un poco y a las 7:30 ya estábamos en pie. Nos acostumbramos a desayunar en el hotel con lo que habíamos traído de Zaragoza, así a mitad de mañana sobre las 9:30 o 10:00 entrábamos en alguna de las impresionantes panaderías de este país y comprábamos algo típico de la zona para almorzar.
Desde Narbona nos dirigimos a Minerve, un bonito pueblo situado en un acantilado con unas vistas impresionantes. Las carreteras ya empiezan a cambiar y se convierten más sinuosas a lo largo del camino. Son también más estrechas y hay que tener más cuidado, aunque se pueden perfectamente apreciar las increíbles vistas que ofrece el paisaje. Desde Narbona a Minerve hay unos 35 kilómetros, unos 45 minutos en coche. En casi todos los pueblos que visitamos, el aparcamiento dentro del mismo solo está permitido a los residentes, y el parking público está como a las afueras. En este caso lo tienen bastante bien montado y es de pago. No necesitaréis más de media hora para recorrer sus calles, de no ser que hagáis muchas paradas y fotos. De esta forma el parking os saldrá a 1,50 € más o menos. Para acceder a él tenéis que seguir las señales, y aunque parece que os vayáis del pueblo, la carretera luego da la vuelta y sube para llegar al parking. Desde aquí tenéis unos cinco minutos andando a la entrada del pueblo. Lo que más impresiona es el imponente puente con el que se puede acceder al pueblo desde la carretera principal. Desde el mismo se puede observar el llamado "puente natural" en el fondo del cauce del río, donde en la misma roca hay un túnel que se ha ido erosionando con el tiempo y por donde pasa el río.
Desde Minerve vamos a Lastours. En total unos 42 kilómetros y 50 minutos de coche. Aquí nos damos cuenta que el paisaje cambia por completo para convertirse mucho más montañoso. Las carreteras son más sinuosas y el tiempo es más frío. El pueblo en sí es muy pequeño, tiene un par de restaurantes y poco más, pero es conocido por tener cuatro castillos cátaros bastante bien conservados. A estos castillos se accede desde un pequeño museo casi al salir del pueblo, al lado de un restaurante. La entrada son 6€ e incluye la visita al mirador de Montfermier, donde se pueden observar en una panorámica impresionante los cuatro castillos. Por cierto, aquí la simpática mujer que nos atendió, nos ofreció el "Pasaporte de los sitios del país Cátaro". Una especie de pequeño cuaderno, donde te van sellando en todos los sitios que vas visitando, y además te puedes ahorrar uno o dos euros en las visitas. Tiene validez de un año y además si rellenas 6 sellos y lo mandas por correo te envían a casa un libro de uno de los monumentos, y si rellenas los 12 sellos, te envían un libro sobre los Cátaros. El precio de este pasaporte es de 2€. Con tal de que hagáis la visita al castillo Condal de Carcasonne, ya lo habéis amortizado.
La subida no es muy dura, pero conviene estar un poco en forma. El ascenso al primer castillo, Quertinheux, es el más duro y en una media hora más o menos se puede acceder, aunque la subida es bastante empinada. Quizá es el castillo que menos restaurado está y por lo tanto el que menos impresiona de todos. Desde aquí el ascenso al resto de castillos es más llevadero. El siguiente castillo es Cabaret, que es el que más impresiona y el más grande en extensión. Desde aquí podemos llegar a Tour Regine y por último a Surdespine que es el más elevado. Nosotros después de la paliza y el día no muy bueno que hacía, a este último no subimos. Hay que decir que por el estado en el que están conservados y la poca restauración, quizá no sorprendan tanto como otros de la zona, pero el conjunto en sí tiene mucha magia y el paisaje es impresionante. Para que os hagáis una idea, para ver toda la zona con fotos, descansos y demás, necesitaréis una hora y media más o menos.
Después de descender de la visita a los castillos, por no andar mucho más comimos en el mismo restaurante que hay en el complejo donde se compran las entradas. Tienen un menú de 25€ y otro de 18€ y además tienen la tradicional Cassoulet por 20€.
Después de comer la contundente Cassoulet y reponer fuerzas, nos dirigimos a Carcasonne. Desde Lastours son 18 kilómetros, unos 25 minutos en coche. Por cierto, tened las cámaras preparadas ya que desde la carretera es como mejor se aprecia el impresionante complejo de torres y murallas de Carcasonne. Tenéis que ir dirección "La Cité", que es la ciudad antigua, y existen numerosos aparcamientos, todos ellos de pago, cerca de la entrada. Teníamos un par de horas para dar una vuelta por los alrededores y visitar el castillo Condal. Quizá lo que voy a decir sea un poco exagerado, pero la ciudad antigua en sí me pareció un poco parque de atracciones... Me gusto más la zona de fuera, las murallas, los torreones y el foso. Por dentro, de tanta gente que había, y tantas tiendas de recuerdos, restaurantes y bares, afea un poco el conjunto. Lo que sí que recomiendo es la visita del castillo Condal, además con el pasaporte que os he comentado antes, os ahorráis 2€ por persona en la entrada, de 8,50€ pasáis a pagar 6,50€ por persona. La visita dura más o menos una hora y media, comienza con un vídeo a la entrada, que os muestra el antes y el después de la restauración y explica la historia del castillo y la forma en la que se restauró. Lo mejor es que subiréis por las murallas y veréis unas estupendas vistas de la ciudad y del interior de la fortaleza.
Desde Carcasonne fuimos hasta Castelnaudary a tan solo 38 kilómetros, unos 45 minutos de coche. Es una bonita población situada a orillas del canal du Midi. Prácticamente es un puerto fluvial del propio canal y destacan en él las cuatro esclusas del siglo XVII. Aquí aprovechamos para cenar en un pequeño bar/restaurante por la calle principal de Castelnaudary, "La Grignote", donde comimos unas crepes.
Desde aquí volvimos a Carcasonne para pasar la noche en el hotel y descansar lo suficiente después de este día con tantas visitas y bastante duro.
Torres de Carcasonne |
Desde Carcasonne fuimos hasta Castelnaudary a tan solo 38 kilómetros, unos 45 minutos de coche. Es una bonita población situada a orillas del canal du Midi. Prácticamente es un puerto fluvial del propio canal y destacan en él las cuatro esclusas del siglo XVII. Aquí aprovechamos para cenar en un pequeño bar/restaurante por la calle principal de Castelnaudary, "La Grignote", donde comimos unas crepes.
Canal du Midi en Castelnaudary |
Desde aquí volvimos a Carcasonne para pasar la noche en el hotel y descansar lo suficiente después de este día con tantas visitas y bastante duro.