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viernes, 22 de julio de 2016

Ruta de los Cátaros: día 3

http://viajesatrocheymoche.blogspot.com.es/

Hoy nos tocaba viajar hacia el sur de Carcasonne, para visitar Lagrasse, Villerouge-Termenès, los castillos de Quéribus y Peyrepertuse y por último las gargantas de Galamus, para terminar por alojarnos en el pueblo de Quillan. 

Salimos temprano del hotel para aprovechar el buen día que hacía y sobre todo porque el camino hasta Quillan era bastante largo y sinuoso. Nuestra primera parada en el camino era  la bella localidad de Lagrasse, desde Carcasonne hay unos 40 minutos por carretera. Aparcamos casi al final del pueblo, al lado de un campo de fútbol. En toda esta región, aunque los pueblos no son muy grandes, tienen los aparcamientos justos y es difícil dejar el coche en el mismo centro, sobre todo porque en casi todos los lugares solo pueden aparcar la gente de la localidad. Empezamos a callejear por el centro de Lagrasse y enseguida nos dimos cuenta que es un bonito lugar para pasear y perder media hora para conocerlo. Justo este día había un pequeño mercado con productos de la zona, miel, fruta, vino... Hay que decir que toda esta zona está rodeada de multitud de viñedos y que sus vinos tienen mucha fama en la región. Llegando al río podréis apreciar la maravillosa abadía de Sainte-Marie de Lagrasse. No entramos, ya habíamos visto la de Fontfroide y hoy teníamos el tiempo un poco justo. Apreciamos la abadía desde lejos al pie del río e hicimos unas cuantas fotos.

Abadía de Sainte-Marie en Lagrasse


Desde Lagrasse a poco más de 20 minutos en coche se encuentra Villerouge-Termenès, un pequeño pueblo en el que se impone su famoso castillo, donde se juzgo al último "perfecto" cátaro. El castillo se puede visitar, incluso hay visitas guiadas. Nosotros dimos un pequeño paseo alrededor del mismo y de las calles del pueblo. 

Desde Villerouge-Termenès partimos hacia el castillo de Quéribus, situado a unos 30 kilómetros, más o menos una hora en coche. Hay que reconocer que las carreteras que vienen a partir de ahora son bastante sinuosas, ya que vamos ganando poco a poco altura, pero también hay que disfrutarlas porque el paisaje es impresionante. Como se hacía ya la hora de comer, paramos en el pueblo de Cucugnan. En este viaje nos hemos acostumbrado a comer sobre las 12:30 o 13:00, ya que la mayoría de los restaurantes cierra la cocina sobre las 14:00. Cucugnan es una localidad elevada desde donde se puede observar a lo lejos el castillo de Quéribus, con bastantes posibilidades de alojamiento y sitios para comer. Nosotros habíamos elegido el restaurante L'Auberge du Vinegron, situado en la calle principal, donde pudimos probar un buen menú a base de platos franceses con una relación calidad-precio muy buena, y un servicio excelente, además hablan bastante bien español, lo cual se agradece.

Castillo de Villerouge-Termenès


Después de comer y viendo la hora que era, debíamos decidir por uno de los dos castillos, ya que en estas fechas suelen cerrar sobre las 17:00 y no nos iba a dar tiempo para disfrutar bien de la visita. Haciendo caso a la guía nos decidimos por visitar Peyrepertuse y la verdad que no nos equivocamos. Ya las vistas del castillo desde los pies de la montaña merecen la pena. En los alrededores veréis multitud de gente haciendo parapente y tirándose desde las cercanías del castillo. La entrada cuesta 6,50€ por persona. Recordad que con el pasaporte de los Cátaros os ahorráis un euro en la mayoría de los monumentos, incluido este castillo. La primera subida no es muy dura, unos veinte minutos hasta la primera zona visitable del castillo, además la mayoría del recorrido es entre árboles, lo que se agradece si el sol calienta. El castillo tiene como tres zonas bien diferenciadas, el recinto bajo y su torreón, el recinto mediano y el torreón de Sant Jordi. La muralla del castillo tiene 120 metros de longitud y está flanqueada por dos torres de plano semicircular. Las vistas desde el torreón de Sant Jordi son impresionantes.  Hay que decir que los accesos están muy reformados, sobre todo la escalera de San Luis que da acceso a la última parte del castillo. Para mí una de las visitas imprescindibles de esta región de Francia.

Castillo de Peyrepertuse desde el pie de la montaña

Vistas desde la torre de Sant Jordi del castillo de Peyrepertuse


Desde Peyrepertuse nos íbamos ya hacia Quillan para alojarnos en nuestro hotel, no sin antes dar un pequeño rodeo para admirar las gargantas de Galamus. Un paso natural de montaña de unos dos kilómetros de longitud con un profundo cañón por el que transcurre el río Agly. Una zona no apta para gente con vértigo, ya que aunque casi todo el camino esta vallado con un murete de piedra, la altura es más que considerable y además la estrechez de la carretera hace que a veces haya que parar o echar marcha atrás para dejar pasar a los coches que vienen en sentido contrario, como nos pasó a nosotros, que tuvimos que estar parados unos diez minutos para que unos coches que había más adelante pudieran pasar entre maniobras de infarto. Después de toda la aventura merecían la pena las vistas que hay desde el aparcamiento de autobuses y el empiece de una pequeña senda que parte hacia una ermita que hay excavada en la misma roca del cañón. Desde aquí en poco más de media hora llegábamos a nuestro hotel en Quillan. Por cierto, si queréis cenar en un sitio muy apañado y que hacen unas buenas pizzas, probad La Galerie. Buen precio y buena comida para terminar un día bastante cansado y largo.

Atasco de coches en las gargantas de Galamus