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martes, 30 de agosto de 2016

Ruta de los Cátaros: día 4

http://viajesatrocheymoche.blogspot.com.es/

Último día por esta bonita región de Francia. El día amanece bastante nublado, parece que se ha pegado lloviendo buena parte de la noche. Preparamos nuestras maletas y nos decidimos a aprovechar nuestro último día por la ruta de los Cátaros. Tenemos apuntadas en nuestro cuaderno las visitas del castillo de Puivert, la fuente de Fontestorbes, el castillo de Montsegur para terminar en Foix y desde aquí seguir nuestro camino hasta Zaragoza.

De Quillan a Puivert hay unos 17 kilómetros por carretera, no más de media hora. Pasamos por el desvío y nos damos cuenta que el firme para subir con el coche está bastante mal y la carretera es demasiado estrecha, la lluvia tampoco invita a subir, así que seguimos nuestro camino hacia Fontestorbes. Antes de llegar pasamos por el pueblo de Belesta, donde de casualidad descubrimos una panadería increíble. Nos hicimos con unos croissants, y unos hojaldres rellenos de espinacas que estaban buenísimos. Por si pasáis alguna vez, está en la plaza principal, no hay pérdida.

La fuente de Fontestorbes es una curiosidad de la naturaleza, ya que es una fuente de agua intermitente. El agua sale desde dentro de una cueva a la que se puede acceder a través de un pequeño camino de piedra, pero solo cuando el caudal de la fuente lo permite. Cada hora el caudal puede pasar de 1.800 m3/s a 20 o 50 m3/s, de esta forma es posible entrar en la cueva y observar el interior. En algunas ocasiones ha habido gente que se ha quedado atrapada en su interior hasta que de nuevo el caudal de la fuente ha descendido.

Fuente de Fontestorbes


Desde aquí a unos 11 kilómetros está el castillo de Montsegur. Por la carretera a la que se accede empezamos a ver gente corriendo con dorsales, parece que era una especie de carrera popular. Cuando la carretera empieza a empinarse hacia el castillo, vemos que los corredores se meten por el monte campo a través. Al llegar al parking del castillo nos damos cuenta que el acceso al mismo está cerrado hasta las 14:00. Nuestro gozo en un pozo, aunque como no hay mal que por bien no venga, estuvimos un rato viendo la carrera y animando a la gente. Ese mismo día en España nos enteramos que se hace todos los años, aunque solo pensábamos que era la subida y bajada al castillo de Montsegur, pero había un recorrido de nada más y nada menos que 75 kilómetros, una auténtica barbaridad.

Carrera popular hasta el castillo de Montsegur al fondo


Desde el castillo de Montsegur a la ciudad de Foix hay unos 33 kilómetros, unos 35 minutos, ya que la carretera empieza a mejorar y nos alejamos de las montañas. Aquí aprovechamos para buscar un sitio para comer. Como era domingo justo había un mercadillo de comida tradicional, quesos, embutidos, vinos... No nos pudimos resistir y compramos un queso de oveja que tenía una pinta buenísima. Los dependientes muy majos nos dieron a probar de varios quesos hasta que dimos con el que más nos gustaba.

Castillo de Foix en lo alto


Desde el mercadillo fuimos a dar un paseo por Foix admirando las bonitas vistas de su castillo en lo alto del pueblo. Callejeando subimos hasta arriba, aunque por la hora a la que llegamos ya estaba cerrado, así que echamos un vistazo desde fuera e hicimos unas cuantas fotos. De nuevo volvimos hasta la parte baja de Foix buscando un restaurante para comer. Como era domingo estaba todo bastante cerrado, así que de casualidad entramos en un restaurante que parecía tener encanto, ya que nos dio la apariencia de que era bastante viejo, el edificio daba buena cuenta de ello. Comimos un menú a base de entremeses, ensalada y cordero asado con patatas, todo regado con un buen vino de la casa y un buen postre. Por si vais por allí alguna vez y os interesa se llamaba Bar Auberge Miranda.


Edificio del bar Auberge Miranda

Desde Foix nos despedimos de esta bonita región del sur de Francia para volver de nuevo a España con bastante pena de que se hubieran acabado tan pronto las vacaciones de Semana Santa.